Cuando tenía 5 años sufrí leucemia, de la cual por suerte a día de hoy no soy muy consciente. Mis padres sin embargo recuerdan perfectamente lo duro del proceso y como Javier los cuidó en todo el largo proceso hasta que la enfermedad, por su gran trabajo realizado, remitió. No recuerdo mucho de la enfermedad, sin embargo siempre recuerdo la amabilidad de Javier, su sonrisa, sus bromas… Su impecable profesionalidad llegaba a quedar eclipsada por su empatía, humanidad… A día de hoy, con 26 años, muchas veces me viene él a la cabeza sin ningún motivo, simplemente por la admiración y respeto que le tengo. Gracias siempre Javier.
15-2-23